miércoles, 23 de marzo de 2011

TOMAR BUENAS DECISIONES O SOBREPROTEGER

Elizabeth Abudinén Adauy. Educadora de Párvulos y Profesora de Educación Especial y Diferenciada  (Psicopedagoga). Pontificia Universidad Católica de Chile. 

En la actualidad muchos padres, influenciados por ciertos aspectos de la psicología, se cuestionan el “restringir” a sus hijos cuando estos comienzan a solicitar permisos a temprana edad. Si no lo dejo participar, se dicen, será aislado del grupo… Pero ¿qué de cierto tiene ese razonar de los adultos en este mundo en que, a los niños, se les coloca en un lugar sin las herramientas necesarias para afrontar cualquier dificultad que se les presente en el camino?

Considero importante tener en cuenta los contenidos sobre este tema que entregan muchos especialistas, como la Psicóloga Mónica Bulnes quien, por ejemplo, recomienda que los niños pololeen desde los 15 años, no por un tema tabú o un desprecio a las relaciones entre un hombre y una mujer sino, muy por el contrario, para evitar que nuestros hijos a tan corta edad y sin las herramientas necesarias para afrontar adecuadamente uno o más fracasos amorosos, sufran y lleguen a los 18 años sintiendo que el amor no existe. “La vinculación, fruto de una vivencia positiva, es, por definición, gratificante. Es una fuente natural de alegría y felicidad. Por esa misma razón, también, su ruptura o su deterioro es doloroso.”(La Educación De Los Hijos, Dimensión Social. Jaime Fernández Montero. Colección Profamilia.)  …"Cuando se da el pololeo antes de los 14 años se puede producir un arranque puberal acelerado hacia la adultez. Esto es peligroso para los niños, ya que se saltan etapas de su infancia" (Psicólogo infanto-adolescente Roberto Sepúlveda Yévenes, docente de la Universidad San Sebastián).  
En otro ámbito, pero que, también, tiende a fortalecer la familia, aparecen los artículos escritos por el psiquiatra Alexander Lyford Pike en relación a la autoridad como facilitadora de la educación. El menciona que “en nuestra sociedad existe, actualmente, una crisis de autoridad que se refleja también dentro de la familia…” ya que: “deteriora el papel de la institución familiar como núcleo básico de la organización social…perjudica la formación de niños y jóvenes para una vida adulta de compromiso sostenido… e inhabilita a los jóvenes de hoy para educar a la generación siguiente.” “Cuando los padres no logran marcar límites claros a sus hijos, dejan de cumplir su obligación de transmitirles una imagen positiva con imágenes bien definidos”. Cabe destacar que esta puesta de límites debe ser ejercida con amor, refuerzo positivo y mucha paciencia que, muchas veces, se ve alterada por la sobrecarga de trabajo por parte de los padres lo cual no les permite empatizar con las necesidades de sus hijos; profesores con objetivos educativos y técnicas de enseñanza inadecuadas en relación a su madurez y, que los lleva a un estrés excesivo dentro de la sala de clases. Además, de la intervención de la televisión e internet como agentes educativos de este siglo. Según la neuropsiquiatra infantil Dra. Amanda Céspedes: “Socializar es implantar normas y límites, educar emocionalmente y acompañar al niño en el cumplimiento de tareas”.
Es relevante mencionar que uno como padre debe estudiar la biología y psicología de cada etapa del desarrollo de sus hijos para, así, entregar las herramientas que sean necesarias en este arduo caminar, donde cada minuto de sus vidas es un nuevo desafío para nosotros y donde, poco a poco, debemos ir entregando los espacios necesarios para que ellos vayan viviendo sus propias experiencias y, no sean sólo parte de lo que nosotros, como niños o adolescentes, no pudimos vivir. Para esto, recomiendo la colección de libros editados en 4 tomos “El arte de educar” que se pueden adquirir en la Revista Hacer Familia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uno cree que es bueno que pololeen y que da lo mismo la edad, que equivocados estamos. Mi hija tuvo su primera desiluciòn amorosa y es triste verla asì, porque como ud. dice, aun no tienen la madurez suficiente para enfrentar las penas.Aunque estoy convencida de que pasarà, como todo en la vida.