Elizabeth Abudinén Adauy. Educadora de Párvulos y Profesora de Educación Especial y Diferenciada(Psicopedagoga). Pontificia Universidad Católica de Chile.
El trabajo de formulación de hipótesis parece ser una actividad bastante abstracta, pero si la miramos desde un punto de vista educativo, el niño, en todo momento está formulando cientos de hipótesis que, además, los protegen de situaciones conflictivas. Por ejemplo: si le enseñamos a nuestro hijo que evite pelear con sus compañeros y le preguntamos: ¿por qué crees tú que es importante tener amigos y no pelear?, él estará formulando hipótesis de una realidad muy concreta y cercana para él.
De esta manera, el pequeño estará observando, ordenando sus pensamientos y, luego, comparando las diferentes consecuencias que sus actos podrían tener para llegar a una respuesta concreta. Para esto, es importante que justifique y compruebe las diferentes hipótesis encontradas (ya sea verbalizándolas con otros, como en el caso de la pelea, para saber que opina el resto; o comprobándola a través de la aplicación de ésta, como en el caso de un experimento).
Con este tipo de actividades de formulación de hipótesis se desarrolla, además, un sentido crítico que le ayudará a resolver y a saltar muchas vayas, en el futuro, al darse cuenta que no siempre lo que él cree que es tiene un buen fundamento y que muchas veces tendrá que elegir seguir otro camino. Eso sí, sin perder de vista que el propio criterio, basado en nuestra conciencia y experiencia, muchas veces nos hará tomar muy buenas decisiones.
ACTIVIDADES SUGERIDAS:
CAMINATA:
Mientras van caminando por la calle, pueden conversar con sus hijos sobre lo que hay a su alrededor, y preguntar:
¿Cómo será ese árbol en veinte (20) años más? (color, tamaño, forma, entre otros).
¿Qué creen ustedes que estará pensando el chofer de la micro?
Si yo le hago señas (de saludo, por ejemplo) a una persona, ¿Qué hará? ¿Qué pensará?
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