miércoles, 15 de noviembre de 2017

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE ¿QUÉ SIGNIFICA APRENDER?

                      PROBLEMAS DE APRENDIZAJE ¿QUÉ SIGNIFICA APRENDER? 
                                    ELIZABETH  TERESA ABUDINÈN ADAUY
                                EDUCADORA DE PÀRVULOS Y PSICOPEDAGOGA PUC.

            Primero que nada, hoy en día, en todos los ámbitos de la sociedad se habla de Problemas de Aprendizaje. Pero ¿Qué significa Aprender? y ¿Qué son los Problemas de Aprendizaje?
            “El Aprendizaje es un proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y/o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación”.
            En la compleja vida de hoy los padres suelen preguntarse en qué momento los problemas pasan a ser un “Problema” que debe ser abordado por los distintos profesionales del área (equipo multidisciplinario) o son parte de su adecuado desarrollo el cual requiere de un tiempo de maduración, estrategias cognitivas, psicomotoras y afectivas adecuadas además, de una motivación que les permita mantener un periodo aceptable de atención frente a los contenidos entregados.
            El niño con problemas de aprendizaje suele ser muy inteligente y trata arduamente de seguir instrucciones, de concentrarse y de portarse bien tanto en el colegio como en la casa. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, tiene mucha dificultad aprendiendo y no logra los resultados esperados. “Presentan un déficit de atención selectiva, que perturba el reconocimiento de los aspectos claves de la materia” (Psicología de las Dificultades del Aprendizaje, Dr. Luis Bravo V., Editorial Universitaria.). La adecuada atención selectiva  a estímulos relevantes culminaría como respuesta a un proceso madurativo a la edad de 12 ò 13 años. Otra deficiencia es que no abordan los contenidos de forma organizada y no manejan estrategias de memorización adecuadas lo que se ve agravado por un deficiente procesamiento de la información escrita. Torgessen describe a estos niños como “aprendedor inactivo”, ya que no utilizan adecuadamente su experiencia para adquirir nuevas estrategias de aprendizaje mostrando una  actitud pasiva frente  a los contenidos. En algunos casos, estas se potencian con  conductas de irritabilidad, desatención e hiperactividad.
            Existen dos tipos de dificultades para aprender. Están por un lado los Problemas Generales y por otro los Trastornos del Aprendizaje.
v  Problemas Generales: Se observa un atraso general en la mayoría de las áreas del proceso enseñanza-aprendizaje y, aunque el más común es el retardo lector involucran en su mayoría todas las materias académicas. Estos problemas se manifiestan en niños “con inteligencia limítrofe, retardo del lenguaje, retardo perceptivo y retardo psicomotor. Predominan en los grupos socioculturales deprimidos…” Dr. Luis Bravo V., decano de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Chile. Otro planteamiento de este reconocidísimo autor  es que este grupo estaría constituido por niños con un desarrollo más lento y con un ritmo crónico de aprendizaje más bajo que el resto de sus compañeros. Además, concluye que las características originadas en los niños son: limitación intelectual, inmadurez, retardo socio-cultural, interferencia emocional, alteraciones orgánicas-sensoriales y/o motoras, lentitud para aprender y falta de motivación; y que las que se originan en el sistema escolar son: métodos inadecuados, deficiencias del profesor, programas rígidos, mala relación profesor-alumno, deficiencias de la escuela y falta de estimulación y de apoyo familiar.
            Este atraso o lentitud en su aprendizaje los lleva a presentar dificultades para seguir un ritmo de escolaridad normal ya que presentan desinterés, problemas a nivel de memoria, menor capacidad de atención a estímulos verbales y de expresión, y dificultades para evocar y recuperar la información aprendida.
            Para identificar este tipo de problemas en nuestros niños se detalla a continuación algunas de las características que podrían presentar en el hogar:
            1.- Dificultad para finalizar sus tareas.
            2.- Escasa atención.
            3.- Bajo nivel de perseverancia.
            4.- Falta de asertividad en relación con la autoridad y dificultad en su expresión oral.
            5.- Dificultad en la realización autónoma de tareas.
            Además, existen bajas expectativas de los padres en relación a las habilidades y destrezas de sus hijos, lo que conlleva a presentar mucha ansiedad en torno a las situaciones de aprendizajes, problemas con la figura paterna, el niño deja de ser autónomo y su rendimiento se centra en el éxito o fracaso de sus tareas produciendo un quiebre familiar.
            En relación al ámbito escolar el Dr. Luis Bravo V. (1994) afirma que los niños de Aprendizaje Lento presentan, en el sistema educacional, las siguientes características:
            1.- Lentitud para procesar la información escolar y para seguir el ritmo de aprendizaje del resto de sus compañeros.
            2.- Inadecuación entre el nivel de desarrollo de sus estructuras cognitivas y el grado de complejidad de los contenidos escolares.
            3.- Baja motivación para aprender, acompañada de una baja autoestima.
            4.- Inadecuación entre sus habilidades psicolingüística y el lenguaje utilizado por el profesor.
            Lo que conlleva a una falta de autonomía necesaria para el afianzamiento de sus propias estrategias de estudio y memorización.
            Por todo lo anterior es importante destacar que frente al proceso de aprendizaje se debe respetar su propio ritmo, para lo cual se deben adecuar las exigencias del colegio a sus capacidades e intereses. Esto ayudará a que los alumnos logren un nivel de aprendizaje óptimo al recibir ayuda oportuna a través del desarrollo de estrategias cognitivas.
v  Trastornos Específicos del Aprendizaje: El DSM-IV contempla como trastornos del aprendizaje una serie de dificultades en la adquisición de las habilidades escolares, especialmente lectura, cálculo y expresión escrita. En relación a su edad y nivel de desarrollo es importante destacar que estos trastornos se exteriorizan en niños “que no presentan retardo mental, ni deficiencias sensoriales o motoras graves (ceguera, sordera, parálisis cerebral, afasia, etc.) ni deprivación sociocultural, ni trastornos emocionales graves.” (Psicología de las  Dificultades del Aprendizaje Escolar, Dr. Luis Bravo V. Editorial Universitaria). Su dificultad se caracteriza por errores específicos en ciertas áreas del aprendizaje que se mantienen en el tiempo y que no mejoran con métodos de enseñanza tradicional.

La presencia de las dificultades se da en diferentes niveles del aprendizaje:

·         Recepción del contenido.
·         Comprensión, integración y organización mental.
·         Retención de los contenidos.
·         Expresión verbal o escrita.
·         Creatividad.
A continuación se mencionan los tres tipos de trastornos del aprendizaje existentes y las conductas a observar para que los padres y profesores puedan identificar con mayor claridad estos trastornos cuando se presenten reiteradamente:
·         Trastornos de lectura (Dislexia).
§  Dislexia de Decodificación o Específica.
§  Dislexia de Comprensión.
                  Lo común de estos niños es que leen despacio por lo que presentan una lectura mecánica defectuosa, además, de una escasa comprensión lectora. Pueden tener dificultades para reconocer las palabras y confunden palabras que parecen similares (“es” x “se”). Esto implica un  desorden específico en la recepción, en la comprensión y/o en la expresión de la comunicación escrita, que se manifiesta en dificultades reiteradas y persistentes para aprender a leer.

·         Trastornos del cálculo (Discalculia). 
§  Dificultad para leer y escribir cifras.
§  Dificultad en la orientación espacial de las cifras y de la dinámica de la operatividad.
§  Dificultad para la operatoriedad del cálculo y la comprensión de los conceptos matemáticos de cantidad.

            Estos niños tienen problemas con las habilidades relacionadas con los números: como contar, ubicación de las unidades, copiar los números correctamente, sumar, aprender las tablas de multiplicar, reconocer los signos, comprender las operaciones matemáticas y en el aprendizaje de las nociones básicas de clasificación, correspondencia, equivalencia, seriación, conservación, reversibilidad.
·         Trastornos de la expresión escrita.
§  Disortografìa disléxica.
§  Disortografìa.
§  Disgrafía.
            Estos niños tienen dificultad en la comprensión de la gramática, en la puntuación, ortografía, organización de párrafos, y/o para componer información escrita. Generalmente estos niños no poseen habilidades para escribir a mano. Existe Omisión y rotaciones  de letras, sílabas o palabras; confusión de letras con sonido semejante; inversión o trasposición del orden de las sílabas; invención de palabras; uniones y separaciones indebidas de sílabas, palabras o letras. En consecuencia los textos que componen son de inferior calidad que sus pares ya que utilizan oraciones más cortas y con mayor número de errores gramaticales. Otros errores observados son trazos impulsivos; exceso o falta de tensión muscular; falla en el alineamiento de la escritura en una línea.
            Sin embargo, cada niño puede experimentar de una forma diferente su dificultad para aprender debido a que son trastornos intrínsecos a cada sujeto.

            Respecto a la etiología de los trastornos del aprendizaje existen varias teorías. Una de ellas es que se producen a causa de una anomalía en el sistema nervioso. La diferencia en el sistema nervioso provoca que el niño que tiene un trastorno del aprendizaje reciba, procese o comunique la información de una forma diferente.  La predisposición genética, los problemas durante el embarazo, el nacimiento prematuro, así como otras condiciones ambientales, emocionales y médicas pueden estar asociados con la causa de estos   trastornos. Algunos enfoques consideran que el origen de la mayoría de los problemas de aprendizaje reside en estrategias y metodologías escolares inadecuadas, y en la carencia afectiva entre profesor-alumno. “Hay causas diversas, desde estilos para aprender que no calzan con las metodologías de enseñanza utilizadas en la inmensa mayoría de los colegios, hasta aquellas dificultades que derivan de retardos madurativos específicos o de disfunciones o daños en las áreas del cerebro encargadas de procesos cognitivos”, (Amanda Céspedes; Neuropsiquiatra infantil). Se cree que los trastornos de Aprendizaje son más comunes en hijos de padres que presentaron trastorno del aprendizaje en su niñez que en familias donde no existen antecedentes de ningún tipo.
            Con frecuencia, el diagnóstico se realiza durante el período escolar. Durante los primeros años escolares las habilidades básicas, la atención y la motivación constituyen los pilares para los aprendizajes posteriores, es por esto que si no se realiza un buen diagnóstico los niños con estos trastornos son descubiertos en ocasiones tardíamente. La detección e intervención tempranas a través de un buen diagnóstico pueden reducir la gravedad de las dificultades académicas y mejorar la calidad de vida experimentada por los niños que presentan trastornos del aprendizaje. Por ejemplo: una audición alterada puede afectar la capacidad de aprendizaje, por lo que si se detecta a tiempo a través de  pruebas audiométricas se podría encaminar adecuadamente el trabajo en equipo. Normalmente los tests de percepción sensorial se solicitan para valorar los posibles deterioros de la visión o de la audición, que pueden agravar o imitar las manifestaciones de estos trastornos. En el retraso mental, las dificultades de aprendizaje son proporcionales al daño general de su capacidad intelectual. También es esencial descartar un posible trastorno afectivo (baja motivación) y otros trastornos psiquiátricos y/o neurológicos que podrìan afectar el rendimiento del niño.
            La evaluación integral llevada a cabo por profesionales de la salud mental y la educación incluye exámenes psicológicos, neurológicos y educativos, así como conversaciones con el niño, con sus padres y con sus profesores. Esto permite  identificar si el niño posee o no un trastorno del aprendizaje así como las habilidades e inhabilidades que posee para determinar cuáles son las necesidades educativas de cada niño dentro del establecimiento (el “mejor” colegio, metodologías a aplicar, evaluación diferenciada que puede consistir en no descontar puntos en una prueba por errores en la escritura, respetar los tiempos en el aprendizaje de la lectura, evaluar en forma oral,  etc.); evaluación y tratamiento psicopedagógico el cual estaría dirigido a estimular funciones y habilidades en el proceso de lecto-escritura, cálculo y desarrollo de estrategias de pensamiento; medicamentar si fuese absolutamente necesario (Déficit atencional o hiperactividad para aumentar al máximo el potencial de aprendizaje y la calidad de vida del niño.
            La evolución de los niños que presentan TEA, llega a ser satisfactoria cuando en las estrategias de mediación se forma una acción conjunta entre los diferentes especialistas del área, el colegio y la familia. Donde se “facilita entre ellos la posibilidad de aclarar diferencias, precisar el por qué de algunas acciones, y mancomunar esfuerzos para lograr objetivos comunes, a favor del niño” (Scagliotti, 2000). Donde la mirada se orienta en estimular fortalezas en todas las áreas del desarrollo para afianzar la autoestima y prevenir o disminuir la sensación de incapacidad y dificultad que rodea a los niños.       
            Con un diagnóstico oportuno y tratamiento psicopedagógico efectivo, logran cursar una escolaridad normal y acceder a la educación superior, teniendo un adecuado desarrollo de su vida.

BIBLIOGRAFÌA
Bravo V. Luis. Psicología de las Dificultades del Aprendizaje Escolar. Colección el Sembrador. Editorial Universitaria. Tercera Edición.
Bravo V. Luis. Lenguaje y Dislexias Enfoque. Cognitivo del Retardo Lector. Ediciones Universidad Católica De Chile. Primera Edición.        
Condemarín, M. Blomquist, M.  La Dislexia. Colección el Sembrador. Editorial Universitaria. Decimocuarta Edición.
Pérez A., Roxana (2004). Apuntes “Familia y Escuela: Cocreando Realidades Positivas Para Niños y Adolescentes con Problemas de Aprendizaje”.
Revista Psicopedagógica REPSI No 36,49 y 63.


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