PROBLEMAS DE APRENDIZAJE ¿QUÉ SIGNIFICA APRENDER?
ELIZABETH TERESA ABUDINÈN ADAUY
EDUCADORA DE PÀRVULOS Y
PSICOPEDAGOGA PUC.
Primero que nada, hoy en día, en
todos los ámbitos de la sociedad se habla de Problemas de Aprendizaje. Pero
¿Qué significa Aprender? y ¿Qué son los Problemas de Aprendizaje?
“El Aprendizaje es un proceso a
través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y/o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción y la observación”.
En la compleja vida de hoy los
padres suelen preguntarse en qué momento los problemas pasan a ser un
“Problema” que debe ser abordado por los distintos profesionales del área
(equipo multidisciplinario) o son parte de su adecuado desarrollo el cual
requiere de un tiempo de maduración, estrategias cognitivas, psicomotoras y
afectivas adecuadas además, de una motivación que les permita mantener un
periodo aceptable de atención frente a los contenidos entregados.
El niño con problemas de aprendizaje
suele ser muy inteligente y trata arduamente de seguir instrucciones, de concentrarse
y de portarse bien tanto en el colegio como en la casa. Sin embargo, a pesar de
sus esfuerzos, tiene mucha dificultad aprendiendo y no logra los resultados
esperados. “Presentan un déficit de atención selectiva, que perturba el
reconocimiento de los aspectos claves de la materia” (Psicología de las
Dificultades del Aprendizaje, Dr. Luis Bravo V., Editorial Universitaria.). La
adecuada atención selectiva a estímulos
relevantes culminaría como respuesta a un proceso madurativo a la edad de 12 ò
13 años. Otra deficiencia es que no abordan los contenidos de forma organizada
y no manejan estrategias de memorización adecuadas lo que se ve agravado por un
deficiente procesamiento de la información escrita. Torgessen describe a estos
niños como “aprendedor inactivo”, ya que no utilizan adecuadamente su
experiencia para adquirir nuevas estrategias de aprendizaje mostrando una actitud pasiva frente a los contenidos. En algunos casos, estas se
potencian con conductas de
irritabilidad, desatención e hiperactividad.
Existen dos tipos de dificultades
para aprender. Están por un lado los Problemas Generales y por otro los
Trastornos del Aprendizaje.
v Problemas
Generales: Se
observa un atraso general en la mayoría de las áreas del proceso
enseñanza-aprendizaje y, aunque el más común es el retardo lector involucran en
su mayoría todas las materias académicas. Estos problemas se manifiestan en
niños “con inteligencia limítrofe, retardo del lenguaje, retardo perceptivo y
retardo psicomotor. Predominan en los grupos socioculturales deprimidos…” Dr.
Luis Bravo V., decano de la
Facultad de Educación de la Universidad Católica
de Chile. Otro planteamiento de este reconocidísimo autor es que este grupo estaría constituido por
niños con un desarrollo más lento y con un ritmo crónico de aprendizaje más
bajo que el resto de sus compañeros. Además, concluye que las características
originadas en los niños son: limitación intelectual, inmadurez, retardo
socio-cultural, interferencia emocional, alteraciones orgánicas-sensoriales y/o
motoras, lentitud para aprender y falta de motivación; y que las que se
originan en el sistema escolar son: métodos inadecuados, deficiencias del profesor,
programas rígidos, mala relación profesor-alumno, deficiencias de la escuela y
falta de estimulación y de apoyo familiar.
Este atraso o lentitud en su
aprendizaje los lleva a presentar dificultades para seguir un ritmo de
escolaridad normal ya que presentan desinterés, problemas a nivel de memoria,
menor capacidad de atención a estímulos verbales y de expresión, y dificultades
para evocar y recuperar la información aprendida.
Para identificar este tipo de
problemas en nuestros niños se detalla a continuación algunas de las
características que podrían presentar en el hogar:
1.-
Dificultad para finalizar sus tareas.
2.- Escasa
atención.
3.- Bajo
nivel de perseverancia.
4.- Falta
de asertividad en relación con la autoridad y dificultad en su expresión oral.
5.-
Dificultad en la realización autónoma de tareas.
Además, existen bajas expectativas
de los padres en relación a las habilidades y destrezas de sus hijos, lo que
conlleva a presentar mucha ansiedad en torno a las situaciones de aprendizajes,
problemas con la figura paterna, el niño deja de ser autónomo y su rendimiento
se centra en el éxito o fracaso de sus tareas produciendo un quiebre familiar.
En relación al
ámbito escolar el Dr. Luis Bravo V. (1994) afirma que los niños de Aprendizaje
Lento presentan, en el sistema educacional, las siguientes características:
1.-
Lentitud para procesar la información escolar y para seguir el ritmo de
aprendizaje del resto de sus compañeros.
2.-
Inadecuación entre el nivel de desarrollo de sus estructuras cognitivas y el
grado de complejidad de los contenidos escolares.
3.- Baja
motivación para aprender, acompañada de una baja autoestima.
4.-
Inadecuación entre sus habilidades psicolingüística y el lenguaje utilizado por
el profesor.
Lo que
conlleva a una falta de autonomía necesaria para el afianzamiento de sus
propias estrategias de estudio y memorización.
Por todo lo anterior es importante
destacar que frente al proceso de aprendizaje se debe respetar su propio ritmo,
para lo cual se deben adecuar las exigencias del colegio a sus capacidades e
intereses. Esto ayudará a que los alumnos logren un nivel de aprendizaje óptimo
al recibir ayuda oportuna a través del desarrollo de estrategias cognitivas.
v Trastornos
Específicos del Aprendizaje:
El DSM-IV contempla como trastornos del aprendizaje una serie de dificultades
en la adquisición de las habilidades escolares, especialmente lectura, cálculo
y expresión escrita. En relación a su edad y nivel de desarrollo es importante
destacar que estos trastornos se exteriorizan en niños “que no presentan
retardo mental, ni deficiencias sensoriales o motoras graves (ceguera, sordera,
parálisis cerebral, afasia, etc.) ni deprivación sociocultural, ni trastornos
emocionales graves.” (Psicología de las
Dificultades del Aprendizaje Escolar, Dr. Luis Bravo V. Editorial
Universitaria). Su dificultad se caracteriza por errores específicos en ciertas
áreas del aprendizaje que se mantienen en el tiempo y que no mejoran con
métodos de enseñanza tradicional.
La presencia de las dificultades se da en diferentes
niveles del aprendizaje:
·
Recepción
del contenido.
·
Comprensión,
integración y organización mental.
·
Retención
de los contenidos.
·
Expresión
verbal o escrita.
·
Creatividad.
A
continuación se mencionan los tres tipos de trastornos del aprendizaje
existentes y las conductas a observar para que los padres y profesores puedan
identificar con mayor claridad estos trastornos cuando se presenten
reiteradamente:
·
Trastornos de lectura
(Dislexia).
§ Dislexia de Decodificación o
Específica.
§ Dislexia de Comprensión.
Lo
común de estos niños es que leen despacio por lo que presentan una lectura
mecánica defectuosa, además, de una escasa comprensión lectora. Pueden tener
dificultades para reconocer las palabras y confunden palabras que parecen
similares (“es” x “se”). Esto implica un
desorden específico en la recepción, en la comprensión y/o en la
expresión de la comunicación escrita, que se manifiesta en dificultades
reiteradas y persistentes para aprender a leer.
·
Trastornos del cálculo
(Discalculia).
§ Dificultad para leer y escribir
cifras.
§ Dificultad en la orientación
espacial de las cifras y de la dinámica de la operatividad.
§ Dificultad para la operatoriedad
del cálculo y la comprensión de los conceptos matemáticos de cantidad.
Estos niños tienen problemas con las
habilidades relacionadas con los números: como contar, ubicación de las
unidades, copiar los números correctamente, sumar, aprender las tablas de
multiplicar, reconocer los signos, comprender las operaciones matemáticas y en
el aprendizaje de las nociones básicas de clasificación, correspondencia, equivalencia,
seriación, conservación, reversibilidad.
·
Trastornos de la expresión
escrita.
§ Disortografìa disléxica.
§ Disortografìa.
§ Disgrafía.
Estos niños tienen dificultad en la
comprensión de la gramática, en la puntuación, ortografía, organización de
párrafos, y/o para componer información escrita. Generalmente estos niños no
poseen habilidades para escribir a mano. Existe Omisión y rotaciones de letras, sílabas o palabras; confusión de
letras con sonido semejante; inversión o trasposición del orden de las sílabas;
invención de palabras; uniones y separaciones indebidas de sílabas, palabras o
letras. En consecuencia los textos que componen son de inferior calidad que sus
pares ya que utilizan oraciones más cortas y con mayor número de errores
gramaticales. Otros errores observados son trazos impulsivos; exceso o falta de
tensión muscular; falla en el alineamiento de la escritura en una línea.
Sin embargo, cada niño puede experimentar
de una forma diferente su dificultad para aprender debido a que son trastornos
intrínsecos a cada sujeto.
Respecto a la etiología de los
trastornos del aprendizaje existen varias teorías. Una de ellas es que se
producen a causa de una anomalía en el sistema nervioso. La diferencia en el
sistema nervioso provoca que el niño que tiene un trastorno del aprendizaje
reciba, procese o comunique la información de una forma diferente. La predisposición genética, los problemas
durante el embarazo, el nacimiento prematuro, así como otras condiciones
ambientales, emocionales y médicas pueden estar asociados con la causa de estos
trastornos. Algunos enfoques consideran que el
origen de la mayoría de los problemas de aprendizaje reside en estrategias y
metodologías escolares inadecuadas, y en la carencia afectiva entre
profesor-alumno. “Hay causas diversas, desde estilos para aprender que no
calzan con las metodologías de enseñanza utilizadas en la inmensa mayoría de
los colegios, hasta aquellas dificultades que derivan de retardos madurativos
específicos o de disfunciones o daños en las áreas del cerebro encargadas de
procesos cognitivos”, (Amanda Céspedes; Neuropsiquiatra infantil). Se cree que
los trastornos de Aprendizaje son más comunes en hijos de padres que
presentaron trastorno del aprendizaje en su niñez que en familias donde no
existen antecedentes de ningún tipo.
Con frecuencia, el diagnóstico se
realiza durante el período escolar. Durante los primeros años escolares las habilidades
básicas, la atención y la motivación constituyen los pilares para los
aprendizajes posteriores, es por esto que si no se realiza un buen diagnóstico
los niños con estos trastornos son descubiertos en ocasiones tardíamente. La
detección e intervención tempranas a través de un buen diagnóstico pueden
reducir la gravedad de las dificultades académicas y mejorar la calidad de vida
experimentada por los niños que presentan trastornos del aprendizaje. Por
ejemplo: una audición alterada puede afectar la capacidad de aprendizaje, por
lo que si se detecta a tiempo a través de
pruebas audiométricas se podría encaminar adecuadamente el trabajo en
equipo. Normalmente los tests de percepción sensorial se solicitan para valorar
los posibles deterioros de la visión o de la audición, que pueden agravar o
imitar las manifestaciones de estos trastornos. En el retraso mental, las
dificultades de aprendizaje son proporcionales al daño general de su capacidad
intelectual. También es esencial descartar un posible trastorno afectivo (baja
motivación) y otros trastornos psiquiátricos y/o neurológicos que podrìan
afectar el rendimiento del niño.
La evaluación integral llevada a
cabo por profesionales de la salud mental y la educación incluye exámenes
psicológicos, neurológicos y educativos, así como conversaciones con el niño, con
sus padres y con sus profesores. Esto permite
identificar si el niño posee o no un trastorno del aprendizaje así como
las habilidades e inhabilidades que posee para determinar cuáles son las
necesidades educativas de cada niño dentro del establecimiento (el “mejor”
colegio, metodologías a aplicar, evaluación diferenciada que puede consistir en
no descontar puntos en una prueba por errores en la escritura, respetar los
tiempos en el aprendizaje de la lectura, evaluar en forma oral, etc.); evaluación y tratamiento
psicopedagógico el cual estaría dirigido a estimular funciones y habilidades en
el proceso de lecto-escritura, cálculo y desarrollo de estrategias de
pensamiento; medicamentar si fuese absolutamente necesario (Déficit atencional
o hiperactividad para aumentar al máximo el potencial de aprendizaje y la
calidad de vida del niño.
La evolución de los niños que
presentan TEA, llega a ser satisfactoria cuando en las estrategias de mediación
se forma una acción conjunta entre los diferentes especialistas del área, el
colegio y la familia. Donde se “facilita entre ellos la posibilidad de aclarar
diferencias, precisar el por qué de algunas acciones, y mancomunar esfuerzos
para lograr objetivos comunes, a favor del niño” (Scagliotti, 2000). Donde la
mirada se orienta en estimular fortalezas en todas las áreas del desarrollo
para afianzar la autoestima y prevenir o disminuir la sensación de incapacidad
y dificultad que rodea a los niños.
Con un diagnóstico oportuno y
tratamiento psicopedagógico efectivo, logran cursar una escolaridad normal y
acceder a la educación superior, teniendo un adecuado desarrollo de su vida.
BIBLIOGRAFÌA
Bravo
V. Luis. Psicología de las Dificultades del Aprendizaje Escolar. Colección el
Sembrador. Editorial Universitaria. Tercera Edición.
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V. Luis. Lenguaje y Dislexias Enfoque. Cognitivo del Retardo Lector. Ediciones
Universidad Católica De Chile. Primera Edición.
Condemarín,
M. Blomquist, M. La Dislexia. Colección
el Sembrador. Editorial Universitaria. Decimocuarta Edición.
Pérez
A., Roxana (2004). Apuntes “Familia y Escuela: Cocreando Realidades Positivas
Para Niños y Adolescentes con Problemas de Aprendizaje”.
Revista
Psicopedagógica REPSI No 36,49 y 63.
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